Noel Mikaelin, de promesa a campeón

Durante mucho tiempo, Noel Mikaelian avanzó sin estridencias dentro del boxeo profesional. No fue un peleador fabricado para el impacto inmediato ni para el intercambio desordenado, sino uno de esos boxeadores que construyen su carrera con precisión, constancia y lectura del ring. Mientras otros llamaban la atención, él resolvía combates y acumulaba credenciales.

El punto de inflexión llegó en 2020, cuando capturó el cinturón internacional crucero del WBC. Ese logro marcó el inicio de una etapa de consolidación en las 200 libras. En los años siguientes, Mikaelian fue sumando títulos y respaldo competitivo, hasta hacerse con el campeonato plata y posteriormente con el título mundial del WBC, demostrando que su ascenso no era circunstancial. En su camino al campeonato, derrotó a Ilunga Makabu por nocaut técnico, una victoria que confirmó su capacidad para imponerse en peleas de alto riesgo.

Como suele ocurrir en las divisiones duras, el reinado no estuvo exento de tropiezos. En 2025 perdió el campeonato tras una contienda exigente ante Badou Jack, en un combate que llevó sus recursos físicos y mentales al límite. Lejos de marcar un retroceso, aquella derrota redefinió su enfoque y lo impulsó a buscar una nueva oportunidad.

Esa revancha con la historia llegó el sábado 13 de diciembre de este año. Frente a Badou Jack, Mikaelian firmó una actuación sobria y dominante, imponiéndose por decisión unánime para coronarse campeón mundial crucero del WBC. No fue una victoria basada en momentos aislados, sino en control, disciplina táctica y consistencia durante toda la pelea.

En el ring, Mikaelian es un rompecabezas difícil de descifrar. Boxea con frialdad, maneja los tiempos y castiga con un jab persistente que va minando al rival round tras round. Su estilo no busca el aplauso inmediato, sino el desgaste progresivo y la imposición estratégica.

Hoy, Noel Mikaelian ya no es una promesa silenciosa ni un contendiente subestimado. Es un campeón probado, respetado dentro y fuera del ring, y una de las figuras más complejas de enfrentar en la división crucero del boxeo mundial.