
El Consejo Mundial de Boxeo celebra hoy el natalicio de su presidente Mauricio Sulaimán Saldívar, cuya gestión ha trascendido las cuerdas del ring para consolidarse como una de las figuras más influyentes y humanas en la historia del deporte profesional.
Mauricio nació un día como hoy, pero de 1969 en la Ciudad de México, hijo de José Sulaimán y Martha Saldivar, un hombre que se ha convertido en quien sigue el legado de su padre, vivir para servir a los demás, la enseñanza más grande que ha tenido y con la que siempre ha regido su vida.


A lo largo de su presidencia, Mauricio Sulaimán ha liderado hitos que han restaurado la justicia y el honor en el boxeo. Un ejemplo histórico fue su incansable labor para lograr el perdón presidencial póstumo a Jack Johnson, el primer campeón mundial de peso pesado de color, corrigiendo una injusticia racial de hace más de un siglo y devolviendo la dignidad a una leyenda del deporte.

Bajo su visión de unidad, ha institucionalizado las Cumbres Anuales de Promotores de Boxeo, rompiendo barreras competitivas para fomentar el diálogo y la colaboración en beneficio de la industria. Asimismo, ha fortalecido el Fondo José Sulaimán, una iniciativa vital que brinda apoyo económico y social a boxeadores que atraviesan tiempos difíciles, cumpliendo la promesa de no dejar nunca a un guerrero en el olvido.


La innovación ha sido otro pilar de su mandato. Recientemente, marcó un antes y un después con la creación de la primera Copa de Boxeo WBC Grand Prix, un torneo de élite que contó con el apoyo estratégico de Riyadh Season y su Excelencia Turki Alalshikh, estrechando lazos que han posicionado al boxeo en el centro de los grandes eventos globales.

Además de la modernización, Mauricio ha elevado el valor simbólico de los campeonatos mediante la creación de los Cinturones Conmemorativos. Estas piezas artesanales —como los cinturones Huichol, Maya, Chiapaneco y de otras culturas— no son solo trofeos, sino embajadores del arte y la cultura mundial en las peleas más importantes del año.
Sin embargo, más allá de los títulos y las alianzas, lo que define a Mauricio Sulaimán es su calidad humana. Como líder, su prioridad absoluta es el bienestar de sus colaboradores y, por encima de todo, la seguridad y salud de los boxeadores del mundo. Su enfoque se basa en una premisa innegociable: el boxeador es el centro de todo y merece el máximo respeto y protección.

En este 30 de diciembre, la familia del WBC celebra la vida de un hombre que, con humildad y determinación, continúa escribiendo la historia del boxeo con letras de oro.
¡Muchas felicidades, Mauricio!

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