Por Psic. Diana Sosa. Psicóloga del Deporte, miembro del Comité Médico del WBC
La nutrición y el boxeo han afianzado y estrechado sus relaciones en los últimos años. Los boxeadores están siendo conscientes que para tener un físico saludable y no tener problemas con la categoría del pesaje, deben tener a un nutriólogo de cabecera.
Sin embargo, en México se hace uso de esta frase “si quieres bajar de peso, también tienes que ir con el psicólogo” y no hay nada más real.
¿Por qué es necesario que también se contemple la figura del psicólogo en el equipo del boxeador y qué tiene que ver en su relación con el peso? Es muy sencillo y lo explicaremos a continuación.
El nutriólogo proporciona un plan de alimentación acorde a las necesidades del pugilista, pero si el boxeador ha venido presentando con anterioridad problemas con el peso derivados de una alimentación inadecuada y prácticas riesgosas para modificarlo, el plan de alimentación brindado por el nutricionista se va a limitar a ser un documento carente de valor.
El peso no debe significar ningún tipo de conflicto para nadie, incluyendo a los boxeadores. La razón es muy poderosa: la comida es un factor esencial en la vida y aún más en el deporte. Los boxeadores deben hacer conciencia sobre la importancia de la ingesta de alimentos adecuados y el psicólogo brinda psicoeducación y orientación al respecto, creando hábitos saludables. Pero cuando el peleador deja de comer, ingieren únicamente cierto tipo de alimentos (por miedo a subir de peso) a deshoras, en exceso o respondiendo a cuestiones emocionales, se necesita la intervención de un profesional de la salud mental.
El psicólogo posee las herramientas profesionales que le van a permitir coadyuvar en la preparación del boxeador en la justa medida. Le van a proveer de información y técnicas que le permitan conocer los orígenes de inadecuada relación que éste tiene con la comida, manejar la ansiedad ante todo lo que tenga que ver con el pesaje y va a psicoeducar para que aprenda que el peso dependerá de muchos factores como la edad, el clima, el género, o la etapa de la vida en la que se encuentre.
Así mismo, los boxeadores son seres humanos antes que ser deportistas y como tales atraviesan situaciones complicadas en la vida que los pueden llegar a rebasar (duelos, problemas familiares, adicciones, violencia, mala economía, entre otras). Nadie más que el psicólogo es el indicado para trabajar dichas situaciones y aminorar su ansiedad para que los deportistas (en este caso boxeadores) no utilicen los alimentos o bebidas en exceso para enfrentar cualquier estado de ánimo.
Los estados de ánimo pueden influir vertiginosamente en el peso. Lo anterior hace que todos los individuos, incluyendo a los boxeadores, sean vulnerables también a la sobre ingesta de alimentos, a caer el algún tipo de exceso en la comida o bebida o incluso el abuso de estupefacientes.
El boxeo es un deporte de combate y por su naturaleza el pugilista va a recibir mucho castigo físico. Es necesario que el psicólogo fomente argumentos para que el rubro de la alimentación no sea problemático, guíe al boxeador a crear hábitos que le permitan ser sano y que su organismo no reciba más “castigo” con una alimentación inadecuada. Aquí su presencia es fundamental para manejar cualquier situación que genere algún estado de ánimo que influya en su alimentación y por ende en su peso.
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