
El 15 de noviembre de 2003 Manny Pacquiao dejó fuera de juego a Marco Antonio Barrera para convertirse así en campeón mundial en tres divisiones. Pacquiao, muy por debajo del gran favorito en el que era tan solo su segundo combate como peso pluma, dominó la situación con su velocidad y potencia para derribar a Barrera en dos ocasiones, hasta que en la esquina del campeón lineal se pidió el alto en el onceavo asalto. Gracias a esa victoria, Pacquiao se convertiría en una estrella mundial.
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