
Como tributo especial y maravilloso regalo por su sexagésimo cumpleaños, Miriam Chavez le pidió al artista gráfico y artista plástico Eduardo de la Cruz que creara un diseño único para vestir a su esposo superestrella, representando su condición de el mejor boxeador mexicano de todos los tiempos.
Eduardo, famoso por su originalidad, imaginación y estilo perspicaz, se puso a trabajar, ideó varios y diversos diseños, que luego fueron presentados a la Familia Chávez, quienes seleccionaron los mejores para producir una colección de verano. Fue un proyecto considerable, porque el pedido inicial implica la producción de trescientas piezas, que están disponibles como artículos de colección en las páginas de Julio.
La vida comienza en la sesenta edición, es en homenaje y honor al mayor campeón mexicano de todos los tiempos. La carrera de Julio (107-6-2, 85 KO`S) abarcó 1981-2005. Múltiple Campeón del Mundo en tres divisiones, ¡tiene el récord de más títulos defendidos con veintisiete!
Dos peleas distintivas que se destacan especialmente como grandes de todos los tiempos son cuando defendió con éxito su título superligero del WBC el 17 de marzo de 1990, al noquear al campeón de la FIB Meldrick Taylor, con el réferi Richard Steele deteniendo la pelea dos segundos antes de la campana final. Además, el récord de mayor asistencia, cuando peleó y derrotó por nocaut técnico a Greg Haugen en el increible Estadio Azteca, el 20 de febrero de 1993, fue alcanzado por 136.274 aficionados. Logros extraordinarios y legendarios para esta dínamo que mide cinco pies y siete pulgadas y media de alto, con un alcance de sesenta y seis pulgadas y media, que utilizó con un efecto brillante.
Julio también es conocido por su trabajo ayudando a las personas a combatir y superar las adicciones. Ha establecido dos clínicas que tratan con éxito a cientos de personas.
Eduardo dijo: «Es especialmente importante porque celebra el sexagésimo cumpleaños de Julio. Miriam me pidió que creara esto como una obra de significado. Julio es una superestrella. Para mí es como un Padrino, porque mi primera obra fue hecho para él, con un collage de imágenes. En ese entonces, lo conocí en Las Vegas y se me ocurrió con esa pieza original que había creado. Se sorprendió y le encantó. En cuanto a este último diseño, ocupa un lugar privilegiado en su guardarropa y pone su producto ahí fuera. Para mí es un verdadero honor, porque Julio es el campeón mexicano más grande y destacado de todos los tiempos.
«Julio me dijo… ¡la vida comienza a los sesenta!»
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