
El mexicano Julio César Martínez se alzó con el cetro de campeón de peso mosca por el WBC, luego de vencer por nocaut técnico al nicaragüense, Cristofer Rosales en el noveno asalto.
Ambos demostraron hambre de ganar el cetro desde el primer asalto. El mexicano fue el más afortunado en el primer asalto tras conectar varias veces de izquierda el cuerpo de su rival, pero para el segundo, Rosales equilibró la balanza, consiguiendo un corte cerca del ojo derecho.
Dicha situación, en lugar de detener el ímpetu del mexicano, lo hizo realizar su mejor boxeo. En el tercer episodio hizo sangrar las fosas nasales de Rosales, y en el resto de la reyerta Martínez castigó severamente el rostro del centroamericano.
A pesar del daño, Rosales no visitó la lona, aunque si se fue mermando su energía. Dicha situación hizo que ya no pudiera mantener la guardia, lo llevaron contra las cuerdas, Martínez le seguía lastimando el rostro, y el réferi no tuvo de otra más que detener el combate.