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WBC Cares fomenta la unión familiar.
Ser inducida al Salón de la Fama fue un logro deportivo que selló la gran trayectoria de la ex campeona mundial Ana María Torres, pero la satisfacción que robó su mirada y su corazón fue el campeonato que lograron sus hijos Cristobal y Julio en la Liga Mexica.
Ayer el amor por el boxeo fue compartido por el gran sentimiento que despierta el béisbol en Ana María “para mí hoy es importante porque haber llegado al Salón de la Fama fue muy especial, pero también hoy que mis hijos estén aquí y que hayan conquistado el trofeo en su categoría es aún más feliz.
Quiero agradecer a todas las personas que me apoyaron y me impulsaron, a mi mamá; a mis suegros, a mis hermanos, a mi familia, a mi esposo, al Consejo Mundial de Boxeo, a Don José, a mis compadres Christiane y Mauricio”, con una gran sonrisa mencionó Ana María.
En el “Martes de Café” que tuvo su tinte beisbolero, Jill Diamond, presidenta del WBC Cares y Christiane Manzur, presidenta del WBC Cares México se enorgullecieron por los logros deportivos de Ana María, pero aún más por ser el gran ejemplo de mamá y esposa, la familia que es el núcleo más importante en la vida y que fomenta también el WBC Cares.
“Es un honor estar aquí hoy con Ana y celebrar con ella su inducción al Salón de la Fama, también un gran gusto estar con mis ahijados, para Mauricio y para mi es una gran responsabilidad ser los padrinos y hoy verlos felices y con este trofeo significa mucho como familia.
Es muy importante que en la familia se fomente la práctica del deporte, por es salud y es bienestar” señaló Christiane.
Por su parte Jill Diamond dijo “estoy muy feliz porque estoy en México y feliz también porque hoy se unen el boxeo y el béisbol”.
Mauricio Sulaimán, presidente del WBC, mostró su alegría y reiteró el reconocimiento que merece una de las figuras femeninas más trascendentales en el boxeo mexicano y mundial.
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