El 17 de marzo de 1990  se llevó a cabo un esperado combate en el Hilton de Las Vegas, donde Julio César Chávez y Meldrick Taylor, protagonizaron la mejor pelea de ese año.

Chávez estaba invicto con 66 victorias. Su marca en peleas de campeonato era de 16-0 con 11 nocauts, y esta sería la tercera defensa su título superligero WBC que ganó contra Roger Mayweather en 1989.

Taylor, de Filadelfia, ganó una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1984 en las 126 libras para el equipo de Estados Unidos que incluyó a Pernell Whitaker y Evander Holyfield. Taylor escalaba rápidamente las posiciones en el mundo del boxeo profesional, y la única mancha en su récord era un empate contra Howard Davis en el 1986.

Meldrick llegaba como un gran prospecto y estaba a punto de quitarle lo invicto a uno de los mexicanos más grandes en la historia, con una ventaja en las tarjetas de 107-102, 108-101 y 104- 105.

Sin embargo, Julio cambió la historia con un golpe cruzado que envió a la lona a Taylor con apenas 15 segundos restantes del duodécimo episodio. Meldrick se levantó heroicamente, pero en mal estado, por lo que el réferi decidió terminar la pelea declarando el nocaut técnico en favor del mexicano.   

La revista RING tituló al encuentro la Pelea del Año y la Pelea de la Década, por encima de la pelea de  Tyson vs. Douglas, que tuvo lugar un mes antes. El encuentro causó estragos físicos a Taylor, quien estuvo hospitalizado durante cuatro días por una fractura en la cara, deshidratación y pérdida de sangre. Ambos peleadores se enfrentarían en revancha en 1994, combate que fue muy diferente al primero y que Chávez ganó por nocaut técnico en el octavo round.